12 fórmulas para cultivar el espíritu emprendedor
Convertirte en un emprendedor(a) exitos@ requiere de talento, estrategia, actitud y otros atributos que deben nacer en tu interior.
1.- Un verdadero emprendedor es un ser humano obligado a profesar una tremenda fe en sí mism@. Una vez que decides convertirte en emprendedor(a), lo primero que vas a escuchar son advertencias, consejos, reclamos, para que no abandones la escuela, el trabajo o pongas en riesgo tu trayectoria, finanzas, tu familia o tu estabilidad. Además, estas objeciones vendrán de tu gente más cercana –lo que quizá te desanime.
Por eso necesitas una gran fuerza interna, debes ser capaz de luchar contra el cansancio, las dificultades y los obstáculos materiales; pero sobre todo debes sobreponerte a la durísima lucha interna, conflictos emocionales e incertidumbre que te esperan.
2. La base de todo proyecto emprendedor debe combinar lo emocional con lo estratégico. Un emprendedor(a) es un ser motivad@, disciplinad@, persistente, un soñador(a), descubridor(a), inventor(a), explorador(a) de nuevas rutas, pero también objetiv@, estratégic@ y con las bases racionales mínimas con las que debe contar todo negocio.
Planea, dirige, administra, evalúa, coordina, controla. Tu producto o servicio puede ser muy creativo y revolucionario, pero no descuides sus bases materiales, calidad, competitividad, costos, precio, productividad, rentabilidad, logística y oferta, e innova, ahorra, estudia el mercado, analiza tendencias, busca mejores materiales. El mundo globalizado ofrece información y alternativas para casi todo.
3. En los momentos clave de tu vida emprendedora vas a estar sol@. Vas a ir por caminos desconocidos, vas a abrir segmentos de mercado que nadie ha visto, buscarás nuevas formas de hacer negocios, lanzarás nuevos productos, harás muchas filas, esperarás mucho tiempo para que te escuchen, los frutos de tu trabajo los vas a ver en el largo plazo, se agotarán los fondos, te rechazarán muchas veces, los clientes no vendrán a la primera, probablemente tendrás que sacrificar tus ahorros o patrimonio, es muy probable que tus socios te abandonen y que tus empleados se vayan en busca de mejores oportunidades…
Anticípate a todo eso: prepárate a conciencia para lo peor sin perder confianza en tu proyecto.
4. El emprendedor está dispuest@ a reinventarse todos los días. No dejes de creer, rompe tus miedos: rinde culto a la disciplina y tenacidad. Tienes que ser un fanático radical de ti mismo. Todo es camino cuesta arriba, disfruta el dolor; asimila el rechazo; nútrete del coraje y fortaleza para ir una y otra vez adelante; no dejes de intentar, no permitas que nadie ni nada te desvíe de tus metas; no guardes nada en ti mism@ que sea negativo, mírate al espejo como si fuera la última vez; comienza de nuevo y ve la vida hoy como un paso para el mañana con el que sueñas.
5. Entrena tus sentidos emprendedores. L@s emprendedor@s perciben las cosas de manera distinta, no miran como ni hacia donde lo hacen los otros; sienten impulsos que otros reprimen; le exigen a su creatividad, explosividad y laboriosidad ir más allá de lo normal; se vive soñando, imaginando. Una idea comercial puede surgir donde sea; no temen indagar. La profundidad, los matices y el contraste de las cosas son distintos. Seguramente dirán que estas loc@ muchas veces; no te preocupes, la locura no te avisa cuando llega.
6. Alimenta la pasión. Todo el mundo es buen emprendedor a la hora de comenzar, así que dale fuego a tu motivación. Vas a necesitar una buena reserva de emoción pura, intensidad, actitud. No hay nada mejor para conseguir adeptos que ell@s vean en ti la consistencia, la perseverancia y los valores que promueves.
7. Tramites, burocracia e impuestos no se pueden evadir. Un emprendedor debe estar consciente de que debe proteger sus creaciones, marcas, proyectos, propiedad intelectual y todos los bienes inmateriales y materiales. Aunque no sea grato, hay que cumplir con todos los aspectos legales y tributarios para avanzar buscando apoyos, créditos, mercado, clientes. No dejes que otros se aprovechen de tus ideas; muchos corporativos se alimentan de emprendedor@s para desplazarlos con su infraestructura, recursos y personal; no te descuides, no regales tu trabajo; no dejes nada al azar; cumple para que no te saquen del mercado. La competencia no siempre es justa; prepárate a defender tu patrimonio a toda costa.
8. El emprendedor(a) es una marca personal. Toda idea parte de un ser humano extraordinario que puso lo mejor de sí en ella, quien se aferró a una posibilidad, se atrevió a ir por lo desconocido, abandonó lo que tenía, apostó todo y lo cristalizó en un proyecto. Aun cuando seas dueño de grandes marcas o corporativos, el éxito emprendedor siempre estará ligado a lo que sembraste, a la historia que se contará de tu legado. El emprendedor(a) es una chispa que se convierte en flama y que debe dejar su calor y luz para los otros.
9. El emprendedor(a) nunca dejará de aprender y deberá vivir lo aprendido. La historia que se contará de ti, será aquella de tu recorrido, de cómo iniciaste, te superaste y lograste avanzar; lo que tuviste que cambiar, adaptar, mejorar, ajustar; en resumen: lo que aprendiste y cómo aplicaste esa experiencia, habilidades nuevas y conocimiento para hacerlos parte de tu mentalidad, tu carácter, tu personalidad, tu forma de hacer negocios.
10. Aquí y ahora. El pasado ya ocurrió, ya fue, no lo puedes cambiar; el futuro hay que construirlo con el ahora. Los proyectos emprendedores depuran a los amigos, los contactos, las relaciones y los clientes. Prepárate para hacer grandes ajustes a tu directorio, tu agenda personal y la lista de visitas frecuentes, apoyos y gente a quien recurrir. Entonces concéntrate en este momento, en el lugar en que te encuentras, lo que realmente tienes y disfrútalos. Las películas de emprendedor@s duran 2 horas máximo, las canciones motivadoras 5 minutos, los discursos emprendedores una hora, los talleres 8 horas, los diplomados 120 horas, libros, cursos, todo sirve, pero en la vida real vas a necesitar de mucho más tiempo, energía, esfuerzo, trabajo, disciplina, dedicación y motivación.
11. No dejes de pensar en comunidad. Haz por un emprendedor lo que algún día deseaste que alguien hiciera por ti.
12. Responsable socialmente. El emprendedor nunca gana dinero a costa del medio ambiente, no es un miserable maltratador de animales, no es corrupto ni corrompe, cuida el patrimonio histórico, no es un explotador de su equipo, no discrimina, es apartidista, no vende su integridad ni se cuelga de sus influencias, comercia justamente y mantiene la convivencia social en armonía. –
Alfredo Paredes – Forbes México
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