Emprendedor, analizá tu sangre de empresario

Un empresario es tomador de riesgo al que no se le cierran las puertas; cuando se fija una meta busca cumplirla, para él no hay barreras.

Aunque saben que no existen horarios de trabajo, vacaciones y al principio ni un sueldo fijo, deciden cumplir su sueño y convertirlo en un proyecto de vida.

Tú, ¿das el ancho?

Michael Dell tenía 16 años cuando empezó a trabajar como vendedor de suscripciones para el periódico The Houston Post.

Quería conseguir algo de dinero durante las vacaciones de verano y logró, con unas comisiones, comprar su primer auto. No obstante el tiempo que dedicaba a esta actividad, nunca dejó de lado su otra pasión: las computadoras.

Lo primero que hizo con su Apple fue desmontarla y volver a montarla, según cuenta en su autobiografía “Direct form Dell”.

Así se convirtió en un fanático de la informática y aprendió a ensamblar sus propias computadoras, que vendía a los padres de sus amigos.

Poco a poco su afición se tradujo en negocio, aunque sus padres intentaron convencerlo de que “dejará ese estúpido hobby”.

Solían decirle:“Olvídate de las computadoras y concéntrate en los estudios ¡Presta atención a lo importante! ¿O a qué aspiras en tu vida? ¡Quiero competir con IBM!, respondió Dell a sus 18 años.

Actualmente, su empresa vende más del 10% de las computadoras personales de todo el mundo y la clave de su negocio ha sido brindar el producto directamente a los clientes, prescindiendo de intermediarios.

Este caso ¿te suena familiar? La historia de Dell representa claramente algunas características que todo emprendedor posee, como si fueran parte de su código genético: disposición a correr riesgos, tenacidad, confianza en su proyecto y disciplina.

¿Con vena empresarial?

Dell siempre tuvo en claro que debía hacer hasta lo imposible por cumplir su sueño, rasgo significativo de quienes emprenden un negocio.

Pero realmente, ¿qué otras cualidades son propias de un empresario?, ¿qué tienen ellos que otros no?, ¿qué los hace pensar que su proyecto va a triunfar?, ¿qué estudiaron?, ¿de dónde provienen sus ideas? De acuerdo con Andy Freire, autor del libro “Pasión por emprender” se ha difundido el mito de que en general, los empresarios provienen de familias con dinero aunque en realidad no hace falta ser rico ni joven, ni necesariamente haber pasado por la universidad para emprender. Lo que se necesita es tener total convicción de lo que uno quiere lograr”, asegura el autor.

William Bygrave, profesor del Babson College de Boston y autor de “Frontiers of Entrepreneurship Research”, indica por su parte que en lo más profundo de un emprendedor hay talentos inmodificables, o en otras palabras, habilidades que se llevan en la sangre, como soñar; asumir un papel de protagonista, continuamente dispuesto al aprendizaje; desarrollar la autoestima para lograr firmeza en las decisiones; enamorarse con pasión de un proyecto y comprometerse incondicionalmente con él.

Víctor del Rosal, vicepresidente de Jóvenes Empresarios por México A.C. (JEMAC) y autor del libro “Código de Riqueza”, coincide con esta visión y agrega: los emprendedores-empresarios son tomadores de riesgos a los que no se les cierran las puertas; cuando se fijan una meta buscan cumplirla, para ellos no hay barreras.

Aunque saben que no existen horarios de trabajo, vacaciones y al principio ni un sueldo fijo, deciden cumplir su sueño y hacerlo un proyecto de vida.

Deyanira López, coordinadora de Microempresa en Fundación ProEmpleo, apunta otra característica: En el 60% de los casos o más, los emprendedores señalan haber iniciado su primera venta cuando eran jóvenes, o alguien de su familia realizó una actividad de este tipo, aunque sea muy pequeña como vender un producto en sus oficinas.

Podría decirse que 35% de los empresarios tienen la influencia de un familiar, otro 35% empieza un negocio relacionado con su experiencia laboral, pues ya tiene el know how, y el 30% restante lo inician por seguir la moda”.

Al respecto, Bygrave opina que las estadísticas de los países desarrollados muestran que 90% de las ideas que se ponen en marcha surge de la actividad que el emprendedor estaba desarrollando anteriormente y sólo el 10% son producto de un golpe de inspiración.
Insiste, nueve de cada diez ideas llevadas a cabo nacen porque el emprendedor potencial descubre una necesidad o una oportunidad a partir de interactuar con un ramo del mercado.

Existen perfiles de empresarios muy variados, los hay con licenciatura y quienes nunca fueron a la universidad; algunos no cuentan con una familia de grandes recursos, pero a todos los impulsa el deseo personal de tener “algo propio”.

En Mundo Universitario consultamos a especialistas, con el propósito de identificar cuáles son los rasgos que definen al empresario mexicano, sobre todo a aquél que está iniciando su negocio o que busca consolidarlo.

Raúl Gutiérrez García, coordinador del Seminario para Emprender Nuevos Negocios de la Universidad Iberoamericana; Rodolfo Reyeros Calderón, profesor en el Programa Emprendedores de la Universidad del Pedregal, así como Deyanira López y Víctor del Rosal, coincidieron en las siguientes características.

Analizalas para saber qué tanto hay de ellas en tu vena empresarial.

Genética del empresario

¿Cómo son?

Aproximadamente 65% de los empresarios tienen entre 30 y 50 años de edad, y la mayor parte de ese porcentaje pertenece a la clase media al comenzar su negocio.

¿Qué los impulsa?

60% de los emprendedores deciden crear su propia empresa para ser independientes; quieren concretar su propio proyecto y crecer hasta el punto donde puedan tomar decisiones efectivas que les permitan desarrollarse sin depender de un empleo en el que quizá nunca llegarán a ser los jefes.

Otro 30% tiene como razón de ser la independencia económica, en el anhelo de ser autosustentables.

Los entrevistados comentaron, sin embargo, que en muchos casos, la situación del país ha generado que las personas busquen proyectos más enfocados a resultados (55%) que a la pasión que tienen por determinada área o actividad (45%).

¿De dónde provienen las ideas?

En el 40% de los casos la persona detecta nichos que no han sido explotados, generalmente poniéndose en el lugar de los clientes. Otro 20% basa su decisión en cosas o actividades con las que siente afinidad, como salir de viaje. 15% obtiene ideas de su lugar de trabajo, 10% tiene relación con el negocio familiar, y 15% es afín con su preparación escolar.

Llama la atención que 60% de los empresarios no tienen experiencia en el negocio que iniciaron.

Cuestión familiar

Dicen que lo más probable en un alumno con padre profesionista es que siga el mismo camino, pero en términos de conformar empresas esto no es una regla.

Los entrevistados opinan que tan sólo en el 20% de los casos, los empresarios provienen de familias con negocios propios.

• Estudios

En el caso de los emprendedores jóvenes, la mayoría estudió una licenciatura, pero hablando del empresarios en activo en general, sólo 35% del total del gremio en México cuenta con estudios universitarios.

Los especialistas reconocieron que la carrera que elijan los emprendedores no tiene un peso directo en su futura actividad empresarial, más bien importan los estudios complementarios para profundizar en el conocimiento del negocio, así como los idiomas.

Por ejemplo, el total de los empresarios cursa en algún momento una materia relacionada con administración, en tanto que la mayoría carece de conocimientos en la parte fiscal.

En promedio, un empresario toma por lo menos tres cursos para capacitarse en determinados rubros de su empresa.

• Dinero

De acuerdo con cifras de Fundación ProEmpleo, 64% de las personas comienza su negocio con ahorro personal; 18% lo hace a través de préstamos con familiares y amigos; 1.3% acude a instituciones bancarias, y 2% con aboneros o alguna otra institución.

Llama la atención que entre las últimas fuentes de financiamiento que eligen los empresarios estén los socios y los apoyos que brindan organismos como la Secretaría de Economía.

• ¿En qué invierten?

70% del capital se destina al desarrollo de producto, el resto se enfoca a gastos de oficina que incluye al personal, que en la mayoría de los casos son amigos y familiares.
Una vez que el negocio se consolida, los recursos se destinan a otros rubros como tecnología.
Cabe agregar que la mayoría de los empresarios son de lo más ahorradores a la hora de desembolsar el dinero, sobre todo cuando el negocio inicia.

• Tiempo libre

También destinan parte de su tiempo a su desarrollo personal, su pasatiempo preferido es leer y escuchar música.

• Entorno afectivo

El estímulo y apoyo de familiares y amigos es básico para poder enfrentar los obstáculos, y aunque 60% comienza cuando están solteros, reconocen que el apoyo de su pareja es fundamental, incluso muchas veces cuando alguien quiere emprender ya casado, le es difícil negociar con la contraparte su independencia.

• Personalidad

Son personas inquietas y siempre tienen un espíritu de lucha y motivación.Para ellos, una frase constante es “aguanto otro mes”. Muestran tolerancia al fracaso y el riesgo.

En el 90% de los casos, el éxito lo atribuyen a la confianza en sí mismos.

¿Das el ancho? Seguro te sentiste identificado con más de una de las anteriores características.

Cual sea tu caso, hay varios elementos que debes considerar para que una buena idea de negocio no se pierda, por el contrario, se consolide.

En primer lugar, asegura Raúl Gutiérrez, te debe gustar el servicio al cliente. La meta, dice, es construir una cartera de clientes que represente compras repetitivas o la recomendación con otras personas.

Ningún negocio subsiste con ventas ocasionales, hay que buscar que la gente regrese. Cerca del 80% de los empresarios cierra al tercer año porque no supo observar bien a sus clientes y, por consiguiente, satisfacer las necesidades de ese mercado, afirma. También, dice, es necesario tener una visión empresarial, es decir, no dejarse deslumbrar por las ganancias sino reinvertir y tener en mente la forma en que pueden mantenerse en el gusto de los consumidores, en forma innovadora.

Y eso se logra, según Rodolfo Reyeros, con capacitación. El profesor explica que entre muchos empresarios mexicanos existe la tendencia a olvidar este punto por considerarlo un gasto, más que una inversión. Pero el no contar con un buen programa de incentivos y formación continua termina por limitar la productividad de la empresa.Mientras más experiencia y conocimiento tiene la persona, mayor capacidad para discernir el rumbo que sigue su negocio, afirma.

¡Anímate! Se solicitan empresarios Víctor del Rosal refiere que 20% de la Población Económicamente Activa (PEA) en México tiene aptitudes para emprender y sólo un poco más del 5% lo hace.

Esto significa que todavía no ven en esta actividad una carrera viable, en buena medida porque las personas desconocen su vocación.
Del Rosal, agrega: Cuando el negocio se fundamenta en esas bases eres capaz de dar un mejor servicio y un valor agregado, lo cual necesariamente se traduce en ganancias. En México, por desgracia, la necesidad a veces obliga a buscar rentabilidad en vez de vocación, pero esa fórmula propicia la mortandad de la empresa. Además, es un mito que no haya financiamiento, hay mucho más dinero que buenas ideas, y éstas son ilimitadas.

Deyanira López apunta que uno de los principales errores en la empresas es la falta de un control administrativo, así que recomienda organizar en forma rigurosa tus entradas y salidas de dinero.Si a esa parte no le das seguimiento, el negocio puede fracasar, hay que tener claro qué parte se destina a cosas de la organización, qué a gastos personales, cuál es el margen de venta y cuánto puedes jugar con el precio, entre otros indicadores.

No hay de otra, concluyen los entrevistados, la empresa exitosa es la que se conforma con alianzas. La visión del “sabelotodo” limita el desarrollo de las organizaciones, así que, una vez identificada la actividad que más te gusta hacer dentro de la empresa, el siguiente paso es integrar al equipo a otras personas que cubran aquellos espacios para los cuales no estás capacitado.

Raúl Gutiérrez lo define así: En un negocio no vendas uvas sino racimos. Hay una frase de George Bernard Shaw sobre las relaciones de pareja que se aplica muy bien a la idea de iniciar una empresa:“Cualquier tonto puede empezar una, pero se requiere ser un genio para terminarla exitosamente.

El Porvenir (Monterrey, México)

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