Herramientas para evitar el declive intelectual provocado por la edad

Como dice el refrán, “los años no vienen solos”. El declive intelectual puede mitigarse.

La actividad mental combinada con el entrenamiento físico fue la fórmula de los griegos: “Cuerpo sano en mente sana”. Si la mente o el cuerpo se enferman el otro también lo hará. La idea de base es que el cerebro es como un músculo: si no se entrena, se atrofia y si no se lo usa se pierde. La mala noticia es que para evitar el deterioro cognitivo las rutinas de gimnasia neuróbica como resolver problemas, acertijos y sudokus no impiden el deterioro que llega con los años ni el riesgo de las demencias seniles como el mal de alzhéimer.

Dos décadas recientes de investigación demostraron que al realizar una actividad mental específica, el cerebro se vuelve más hábil para esa actividad, pero no se convierte en más inteligente en general.

Tales hallazgos de las neurociencias, no afectaron la floreciente industria del “entrenamiento cerebral” en el formato de libros, videojuegos, música y cursos.  El negocio de la evaluación cognitiva y del entrenamiento cerebral moverá más de ocho mil millones de dólares en el mundo en 2022. El marketing va por delante de estas investigaciones, apelando el sentido común y a las aspiraciones del adulto mayor de querer vivir mejor.

La revista médica British Medical Journal resumió una investigación de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido) y de la Universidad Nacional de Irlanda, describiendo el seguimiento a 500 voluntarios durante 15 años que nacieron en 1936, vivían de forma independiente en el noreste de Escocia y habían participado en una encuesta de salud mental en 1947. Se evaluó la relación entre actividad mental y rendimiento cognitivo.

Separar el trigo de la paja

El informe reveló que los más activos mentalmente lograron habilidades cognitivas superiores. Pero no pudo separar la causa de la consecuencia: si por lógica los más inteligentes son más activos mentalmente o si viceversa, son más inteligentes porque activan su mente. Pese a eso la mayor actividad mental no evitó el declive cognitivo en las etapas más tardías de la vida. Conforme la edad avanzaba, ambos grupos sufrieron un declive similar en memoria y velocidad de procesamiento.

Sin embargo, los que habían estado activos a lo largo de su vida tuvieron la ventaja de partir de un capital intelectual más elevado. El entrenamiento previo les otorgó una posición de partida más alta, retrasando significativamente la aparición de los síntomas. Con el avance de la ciencia este no es un dato menor.

El caso de las monjas francesas.

Un estudio de 1986 realizado con 678 monjas, advirtió qué algunas de las hermanas de Notre Dame envejecían de forma saludable y con sus facultades mentales intactas.

Todas las monjas tenían estilos de vida parecidos tanto si se habían licenciado en la universidad como si no. No fumaban y disfrutaban de la misma asistencia sanitaria, estilo de vida y alimentación. Les hicieron estudios anuales y muchas donaron sus cerebros para su posterior estudio.

Entre las conclusiones se destaca que una mejor educación confiere protección frente al Alzheimer, retrasando en varios años su aparición. Esto hay que tenerlo presente ya que los avances científicos pueden encontrar terapias nuevas en cualquier momento. El depósito de sustancias que provocan el mal puede existir pero la reserva cognitiva puede eludir el mal o diferirlo. Algunas monjas tenían la enfermedad latente pero sin su manifestación clínica. Por la reserva cognitiva, el cerebro puede acomodarse. La capacidad intelectual de dos personas puede ser igual pero algunas pueden tener más o menos reserva cognitiva.  El entrenamiento es clave para prevenir el Alzheimer porque brinda mayor plasticidad y hay que realizarla mucho antes, durante toda la vida no sólo al ingresar a la tercera edad. Hay que hacer de la educación del cerebro una política de Estado porque el Alzheimer es un sunami que ataca a toda la humanidad.

La enfermedad de alzhéimer, afecta menos a lo que blindan su cerebro. No es que su actividad mental lo proteja, sino que cuentan con estrategias cerebrales mejores y los síntomas tardan en mostrarse. Un ajedrecista que mostraba un deterioro leve, al morir su cerebro mostraba signos avanzados de Alzheimer.

Hay que considerar las limitaciones de este tipo de estudios. Su punto fuerte fue el seguimiento por 15 años de una población de 500 personas. Pero siendo un estudio observacional no hubo intervención de los investigadores sobre los hábitos de los voluntarios, lo que les impidió atribuir causas, efectos y motivaciones. Sólo se pudieron establecer correlaciones y conclusiones generales. La moraleja de la historia es que la inteligencia sumada a una vida rica en aprendizajes y actividades mentales diversas, lleva a algunos a una situación privilegiada y a retrasar los síntomas. Pero iniciar el entrenamiento tardíamente, puede ser demasiado tarde y no va a ser la solución mágica para compensar una vida anterior de pereza mental.

El tema divide a las bibliotecas

¿El genio nace con un cerebro genial o es su actividad la que lo produce? Las dudas aumentaron desde que se descubrió la neuroplasticidad, esa capacidad que posee el cerebro de crecer y desarrollarse a través de la experiencia y el conocimiento, durante toda la vida.

Muchos genios fueron malos estudiantes. Un profesor de Albert Einstein escribió: “Este chico no llegará a nada”. Es lento y reflexiona demasiado. No aprende de memoria y no entiende las reglas y las órdenes. No practica deportes y esto lo llevó a aislarse”.

A los 16 años fue rechazado en  la Escuela Politécnica de Zurich por sus resultados en letras. Era bueno en matemáticas y física, pero flojo en francés. Einstein nos dejó una de sus frases: “La educación es lo que queda después de que uno olvidó lo que aprendió en la escuela”.

Inteligencias múltiples

La teoría de Howard Gardner rechazó la idea de que la inteligencia sea una habilidad innata y unitaria. Describió 8 tipos de inteligencias como capacidades mentales diferentes. Como nativos digitales los niños de hoy están muy informados y manejan muy bien las nuevas tecnologías, pero han perdido el asombro, la imaginación y la creatividad. Cuesta que presten atención, les cuesta escribir y son pobres en vocabulario. Eso les trae problemas de comunicación. La multitarea rebaja su rendimiento porque su atención la divide y tienen menor tolerancia a la frustración. Antes las familias se reunían frente a un solo televisor. De allí nacía un debate que enriquecía, intercambiaban ideas, interactuaban y se conocían mejor.

La cultura multimedia ha cambió todo,  se accede desde distintos soportes, y los chicos lo hacen sin compañía. Esto lleva a la soledad desde la temprana edad. Las tecnologías son soportes de su vida social. La tecnología da oportunidades pero habría que aprovecharla para transmitirles valores y mantener el diálogo.

El niño es el padre del hombre

La psicoeconomía descubrió que muchas decisiones son irracionales. La información producida por la tecnología está fuera de la capacidad con que la nacemos y tenemos, porque el sistema educativo deja que el cerebro crezca como la lechuga, sin una educación que lo desarrolle. Se establecen reglas y generalizaciones, hay imprevisibilidad y teorías obsoletas para leer el mundo.

Gimnasia cerebral

Las neurociencias han descubierto cómo funciona el cerebro pero no la forma de bajar ese conocimiento a la educación. Si resucitara un neuro cirujano del siglo pasado no sabría qué hacer en el quirófano, el maestro, en cambio, podría dar sus clases sin problemas. La inteligencia más importante es la espiritual porque brinda el sentido de la vida. Es necesario un entrenamiento en el auto conocimiento para lograr autoconciencia, mejorar la toma de decisiones, expandir la concentración, la memoria y la racionalidad, para tomar conciencia del mundo que nos rodea.

La conciencia no nos gobierna sin el apoyo delas emociones. Al activar inteligencias complementarias, para el empowerment o poder interior surgido del autoconocimicnto no bloquea la energía porque circula a través de la inteligencia emocional y creativa, para que el saber genere ideas, nos haga más creativos, planificadores, estratégicos y ejecutivos. Las inteligencias complementarias deben entrena tanto como la principal.

El gimnasio cerebral apunta a potenciar la percepción, a reconocer e identificar las emociones propias y ajenas en pos de la racionalidad, dirigir el pensamiento y enfocarse en el aquí y ahora.  A la hora de alcanzar la autoconciencia, el primer paso es la meditación.  Con ella se puede lograr la atención plena. Los estudios confirman que la meditación produce cambios en el sistema nervioso: áreas  que se encienden, asociadas a emociones positivas y sociales, y otras que disminuyen, como las asociadas a las emociones negativas.

La década del cerebro produjo más emociones que resultados. No se halló como en biología, el ADN que permitió a los biólogos entender la estructura de la información genética. No se solucionan lo misterios. Un puente que permita unir el lenguaje del cerebro y sus neuronas  y el de la mente con sus pensamientos. Una tecnología de punta, la grabación cerebral directa, mediante electrodos implantados en las profundidades del cráneo, permite realizar  en vivo y en directo implantes que ajustan a niveles a más fuertes. Las personas con lesiones cerebrales graves, pueden llegar a mover un brazo robótico a través del pensamiento.

La educación no se ha convertido en el laboratorio de experimentación de las neurociencias ni explica la divergencia entre las notas en la escuela y el éxito en la vida. V

enter, el padre del genoma humano, dejó una mala aureola en su paso por las aulas. ¿Y a Bill Gates? Le pagaban para estudiar. Mi hermana cobraba más porque siempre fui mal estudiante”, cuentan en su biografía. Los profesores no saben detectar y entender la potencialidad de los alumnos geniales. Un mal estudiante puede esconder virtudes y capacidades.

Todos tenemos talento, pero no la fuerza de voluntad para desarrollarlo. La escuela debe permanecer abierta, sin cortarle las alas a nadie. El genio interior no debe permanecer atrapado en la lámpara de Aladino. Las personas creativas necesitan disciplina y entrenamiento. Genios y maestros pueden convivir. La educación debe fortalecer su voluntad y sus hábitos de esfuerzo, autodisciplina y automotivación.

Como dijo Einstein: Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad.

El secreto del cerebro de Einstein

Einstein  donó su cerebro para que se estudiara su secreto.

Einstein pensaba en imágenes; para descubrir la teoría de la relatividad se imaginó viajando en la punta del rayo de luz.

Una vez dijo: “las palabras no influyen en mi pensamiento. Las entidades físicas que uso son imágenes que puedo reproducir y combinar. Las palabras las busco después, cuando el juego asociativo se afirma y puedo reproducirlo a voluntad”.

Por esta dificultad de conceptualizar sin imágenes y de activar el pensamiento abstracto sin pensamiento visual,  se explica su fracaso escolar. Por otra parte, la cita, demuestra que la imagen es una vía de acceso a la racionalidad. El físico Bohr dijo “el trabajo más importante de un científico es crear imágenes nuevas”, y Einstein “si no puedo dibujarlo, es que no lo entiendo” y “la imaginación es más importante que el conocimiento”.

El poder inteligente surge de la alianza estratégica de los hemisferios cerebrales. Es decir que sus pensamientos más productivos resultaron de una actividad cognitiva muy abstracta relacionada con la visión. Los investigadores compararon su cerebro con otros y les llamó la atención es que su cableado (el cuerpo calloso que conecta los hemisferios) estaba más poblado de células glía, neuronas que hacen el trabajo de comunicación entre las neuronas pensantes.

Inteligencia fluida y cristalizada

La inteligencia fluida es la que se recibe genéticamente, la inteligencia cristalizada es el fruto del conocimiento y la experiencia. Einstein las asoció y agrandó la zona más importante del cerebro, la zona 39, por lo que se lo puede considerar un atleta de la mente. La “inteligencia fluida” resuelve problemas  si se asocia con la “inteligencia cristalizada”

Enseñar trucos nuevos a perros viejos

Los investigadores hicieron experiencias con ratas y las que fueron estimuladas  tuvieron mayor desarrollo cerebral. El cerebro es de carne y hueso.  Por tal motivo la mente y el cerebro son cosas distintas. La mente es el programa de lo que somos y de lo que queremos ser. El cerebro es la máquina, el órgano que necesitamos tener en buenas condiciones para ejecutar correctamente el programa.

Para eso requiere nutrición, descanso,  uso y cuidado médico. Así como vamos al médico para chequear el estado de salud, del mismo modo debemos controlar el rendimiento del cerebro. El descuido lleva a la muerte lenta.  El 20% de las neuronas muere a lo largo de la vida. Se puede aceptar pasivamente el deterioro o decidirse a reconstruir el cerebro, a hacerlo revivir. Al crecer las neuronas vivas, como un árbol, producen ramas y en la edad adulta hay más que en la juventud y así compensan las pérdidas.

Verdi sobre su longevidad creativa dijo: toda la vida busqué la perfección pero nunca la pude hallar. Para lograrlo hay que descubrir la misión. Algunos la descubren y otros ni siquiera la buscan. El que no la tiene o la perdió está triste, pesimista y deprimido. Le falta una pasión. 

Disminuye la curiosidad

Hoy alarma la tendencia al pensamiento único y a la uniformidad. Hay desinterés por la búsqueda de la misión personal y un conformismo con la mayoría, un intento de identificarse y temor a lo desconocido.

Aprender es encontrarse con lo nuevo y anestesiando la curiosidad la creatividad se reduce a lo que ya se cree o se sabe.

Para George Bernard Shaw “la verdadera alegría de vivir es ser utilizado para un propósito que reconocemos como importante”. Pero al hacerlo nos sentimos vulnerables y renunciamos para seguir con la agenda chica de los intereses materiales. Sin buscar  nuestro propio camino perderemos la oportunidad de inventar el futuro.

El futuro no existe, debemos inventarlo con originalidad, cultivando nuestra esencia y la capacidad de conocer, comprender, crear y transformar. Así, aunque no conozcamos la dirección del viento, podemos preparar las velas. El cerebro hace que el resto funcione, da las órdenes. La mente es su parte invisible, brinda pensamientos, ideas y consciencia.

Osho decía: “El arte puede crear belleza, la ciencia descubrir la verdad y la conciencia  la realidad subjetiva. Y juntas pueden hacer completo un sistema educativo. Tal como dice un cartel ubicado en el museo de ciencias naturales de New York “el mundo no es un regalo que nos hicieron nuestros padres, es un préstamo que nos hacen nuestros hijos”.

Lo que separa al adulto mayor de la muerte son los proyectos que sostiene. La mejor forma de vivir feliz e inteligentemente los últimos años de la vida es darle vida a los proyectos nuevos u olvidados. No es cuestión de agregarle más años a la vida sino de darle más vida a los años.

Dr. Horacio Krell. Director de Ilvem horaciokrell@ilvem.com

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